El Valle de Bujaruelo, cercano al Valle de Ordesa, es un punto estratégico de conexión con Gavarnie, Francia, hogar del icónico circo glaciar y la cascada más alta de Europa. Este valle se extiende desde el limite con Francia hasta el Puente de los Navarros donde el rio Ara y Arazás se unen.
Bujaruelo es el corazón ganadero del Valle de Broto, conocido por la abundancia de sus pastos, regulados desde la Edad Media. Aún hoy, en verano, es común ver rebaños de ovejas y vacas pastando en sus montañas o cruzando a Francia, siguiendo las antiguas Concordias.
El valle combina frondosos bosques de hayas, robles, pinos y abetos con amplias praderas, creando un paisaje cautivador para quienes lo exploran. Además, en esta región pirenaica, habitan algunas de las especies más amenazadas de Europa, como el quebrantahuesos, la perdiz nival, la nutria y el desmán de los Pirineos.
Desde el puente de los Navarros hay una pista que te lleva hasta el refugio de Bujaruelo. Mas o menos en el punto medio de esta pista se encuentra el puente de Santa Elena desde donde se puede ver El Salto del Carpín, cascada final de 120 metros del barranco de Cebollar.
Tras cruzar el Puente de Santa Elena, seguimos el sendero que discurre paralelo al río Ara en dirección a la base de la cascada. Después de unos 15 minutos de caminata, sin apenas ganar desnivel, y tras haber pasado la cascada y cruzado algunos tramos equipados con cables de acero, tomamos el desvío que asciende hacia el collado de Zebollar. A partir de esta bifurcación, el sendero se vuelve más empinado, llevándonos a un impresionante semi-túnel excavado en la roca, desde donde las vistas del valle de Torla y Bujaruelo son espectaculares. En este punto, ya se puede intuir el barranco de Cebollar, anticipando el vertiginoso descenso que nos espera en pocos minutos.
La primera parte del barranco presenta algunos toboganes y una serie de 7 rápeles que varían entre 10 y 30 metros, ideales para calentar antes de llegar al tramo final: el imponente salto del Carpin. En las pozas que se forman en estos rápeles es común encontrar ejemplares del tritón pirenaico, lo que indica la excelente calidad del agua que fluye por este barranco.
La gran vertical está dividida en varios rápeles, y se puede descender por distintas rutas. En nuestra opinión, una de las opciones más interesantes consiste en realizar cuatro rápeles fraccionados. Desde la derecha orográfica, se inicia con un pequeño pasamanos de 5 metros que nos conduce a un primer rápel de 25 metros, llevando a otro corto pasamanos en mitad de la vertical. Desde allí, un segundo rápel de unos 40 metros cruza la cascada hacia el margen izquierdo, justo antes de la escupidera, finalizando en un espectacular rápel de 7 metros volado que nos deposita en una amplia repisa. Desde este punto, solo queda el último gran rápel de 60 metros.
Acabado el ultimo rapel de la vertical solo tendremos que continuar por el sendero paralelo al rio Ara por el cual hemos realizado la aproximación hasta el puente de Santa Elena.
Tarifas por persona para un grupo de 4 personas. Otras opciones consultar.
El Barranco de Cebollar y el Salto del Carpin forman parte de un recorrido emocionante en el Pirineo, ideal para los amantes del barranquismo con algo de experiencia. El descenso comienza suavemente con una serie de toboganes y siete rápeles que oscilan entre 10 y 30 metros, una excelente preparación para la sección final, más técnica y vertiginosa.
El barranco también destaca por la pureza de sus aguas, lo que favorece la presencia de especies protegidas como el tritón pirenaico, añadiendo un toque de naturaleza única al descenso.
La gran cascada final, una vertical de 120 metros, es una espectacular cascada que se erige por encima del rio Ara nos permite hacerla por diferentes recorrido. Dependiendo del grupo elegiremos uno u otra que aun siendo todas ellas muy técnicas si que nos permite variar la dificultad.
Al final de la pista de Bujaruelo se encuentra el Puente de Bujaruelo, un puente románico del siglo XIII que se alza sobre el río Ara. Junto a él, se pueden observar los restos de la ermita de San Nicolás de Bujaruelo y una zona destinada para acampar. Este puente, de un solo arco de piedra, ha sido un punto de cruce histórico para quienes atravesaban los Pirineos en tiempos pasados, añadiendo un valioso capítulo a la rica herencia cultural de la región.
Esta zona es el punto de partida para numerosas excursiones de senderismo, ofreciendo rutas que varían en dificultad y duración. Los senderistas pueden disfrutar de paisajes impresionantes y explorar la rica biodiversidad de la región, convirtiéndola en un destino ideal para los amantes de la naturaleza y la aventura.
Te gustan los barrancos de alta montaña, donde realizar grandes rapeles en entornos muy bonitos y alpinos, en los que no encontramos saltos pero si mucho ambiente, maniobras técnicas y un entorno espectacular.
El barranco de Cebollar es uno de los más espectaculares del Bujaruelo, por lo que si te gusta hacer fotos de tus aventuras y llevas contigo una cámara de acción, este barranco te va a regalar alguna de las mejores instantáneas de tu verano. Si no tienes cámara de fotos acuática, no te preocupes, nosotros siempre llevamos con nosotros nuestra Olympus TG6, una bestia acuática con la que procuramos inmortalizar los mejores momentos de cada aventura.
Desde la Cooperativa de Guías del Pirineo recomendamos la Cebollar para grupos que les gusten las grandes verticales. ¡Es muy divertido dejarse llevar por la suave corriente todos juntos!
Avda. de Pineta 5, Escalona. 22363 Puértolas, Huesca.