De la espeleología al neopreno…
Antes de hablar sobre la seguridad y dificultad en barrancos, comenzamos con un resumen de la historia del barranquismo…
Como todos los deportes de montaña y aventura, el descenso de barrancos se fue desarrollando de forma costosa y muy gradual desde sus inicios, a finales del siglo XIX. Un equipo de aventureros franceses provenientes de la espeleología comenzó a explorar los primeros barrancos, ascendiendo desde su base y permaneciendo muchos días en su interior.
Con el paso del tiempo y la mejora de técnicas y materiales, fue en los años 70 cuando se empezó a practicar lo que realmente hoy conocemos como barranquismo, aunque en aquella época todavía lo hacían sin neopreno y con material de escalada.
Ya en los 80, el descenso de barrancos ganó en popularidad y se comenzó a visitar la famosa Sierra de Guara, cuna del barranquismo en este país, donde en unos 50 km cuadrados podemos encontrar más de 200 barrancos descendibles.
Poco a poco se fueron mejorando las técnicas e inventando nuevos materiales y, gracias a estos avances, comenzaron a poder descenderse barrancos de mayor dificultad y accesos más complicados incluso haciendo expediciones a otros países en busca de aventuras salvajes.
Hoy, es un deporte muy divertido y accesible, pero no por eso, exento de riesgos.
Seguridad y recomendaciones
El barranquismo es un deporte al alza, cada día practicado por más personas. Su carácter lúdico y, de algún modo exótico, lo convierte en una práctica muy atractiva para los aficionados a la montaña.
Un entorno vivo y cambiante
Sin embargo, no debemos olvidar que los barrancos están vivos. No solo por las frecuentes variaciones de caudal, sino también por lo cambiante de su entorno, moldeado constantemente por la acción del agua. Pueden formarse presas en el cauce que no vemos por estar más arriba, pozas colmatadas (llenas de roca bajo el agua donde antes se podía saltar y ya no se puede), árboles caídos bajo la superficie… Todo esto hace que cada descenso sea potencialmente diferente.
Técnicas y seguridad
Por estas razones, es imprescindible contar con la presencia de un guía de barrancos o, en su defecto, estar completamente seguros de dominar las técnicas de progresión. Además, debemos saber interpretar las condiciones meteorológicas, conocer el medio natural y estar atentos a sus peculiaridades y posibles variaciones.
Cuando afrontamos una actividad de barranquismo, es esencial ser conscientes de quiénes somos, con quién vamos y qué conocimientos tiene cada miembro del grupo. Todos deberían tener nociones básicas, técnicas de autorrescate y el material adecuado. También debemos saber cómo actuar ante un posible incidente.
Evaluación de la dificultad en barrancos
Antes de lanzarnos a la aventura, lo primero será valorar la dificultad de los barrancos y sus condiciones actuales. Para ello, podemos consultar guías especializadas o buscar información en internet, donde normalmente se indica la dificultad, el material necesario y la mejor época para realizar el descenso.
Es muy recomendable contrastar esta información con deportistas locales, empresas de turismo activo o plataformas digitales especializadas como docuwiki.infobarrancos.es, descensodebarrancos.com o grupos de Facebook como Infocaudales (barrancos), donde se publica información actualizada sobre actividades recientes.
Debemos tener claro el itinerario del descenso:
- Las principales dificultades
- Los puntos importantes o peligrosos
- El acceso y el retorno
- El horario estimado.
Esta información suele aparecer en las guías o reseñas online, junto con los mapas o topos del barranco. Una mínima formación en orientación y uso de la topografía será de gran utilidad, sobre todo en aproximaciones complejas.
Tiempo y condiciones reales
Las acotaciones de dificultad indicadas por las guías suelen estar pensadas para condiciones medias: caudal normal, época adecuada, y para un grupo estándar de cinco personas que realiza el descenso por primera vez. Si vamos en un grupo más numeroso, especialmente en barrancos con muchos rápeles (donde más tiempo se pierde), deberemos sumar tiempo al horario previsto.
También debemos tener en cuenta nuestra forma física y la de nuestro grupo, así como la claridad del acceso y retorno. Todo esto puede afectar significativamente al tiempo total de la actividad.
La dificultad en barrancos también puede variar según las condiciones. Por ejemplo, un barranco considerado “seco” puede volverse mucho más técnico tras fuertes lluvias. O uno recomendado en verano en el Pirineo podría ser impracticable a principios de temporada si ha habido nieve tardía o lluvias persistentes.
Equipamiento: fundamental para la seguridad
Contar con el material adecuado es esencial, y dependerá tanto de la dificultad del barranco como del conocimiento del grupo. Llevar material que no sepamos utilizar es inútil, al igual que ir justos de equipo en barrancos expuestos o de aventura puede ser imprudente.
- Casco: siempre debemos llevar casco, no solo por caídas dentro del barranco, sino también por el riesgo de caída de piedras desde arriba, ya que estamos en la montaña, en territorio de animales que podrían provocar desprendimientos.
- Neopreno: el neopreno debe ser adecuado a la actividad. No es lo mismo hacer un barranco en primavera en el Pirineo, con agua muy fría, que en verano en Extremadura, con temperaturas mucho más templadas. El peligro de la hipotermia es más real de lo que parece. El más habitual es de 5 mm, específico para barrancos, de dos piezas, con refuerzos en zonas clave. Los escarpines suelen ser de 3 mm y deben ajustarse bien para evitar rozaduras.
- Calzado: hay calzado específico para el barranquismo. Un modelo muy utilizado es la bota Adidas Hydro Lace, con buena adherencia, estabilidad y amortiguación. En este entorno húmedo e irregular, la adherencia es clave.
- Arnés: este debe ser específico para barranquismo, con un anillo ventral más alto que los de escalada, para reducir el riesgo de volteo en los rápeles. Debe incluir culera protectora y al menos un portamaterial.
En cuanto al material técnico, será necesario:
- Un descensor adecuado (el ocho clásico o el Piraña de Petzl son opciones populares)
- Varios mosquetones
- Bloqueadores mecánicos como Tibloc o Ropeman
- Una navaja afilada, accesible y lista para usar rápidamente
- Las cuerdas deben ser semiestáticas, de entre 9 y 10 mm de grosor, y su longitud debe duplicar la del rápel más largo para poder recuperarlas. También llevaremos cordinos para reforzar anclajes, realizar maniobras de autorrescate (como el machard), e incluso material de equipamiento (burilador, maza, chapas) si estamos en terreno de aventura
Otros elementos importantes:
- Llave inglesa para apretar anclajes flojos
- Maillones de repuesto
- Mochila específica para barranquismo, resistente, con buena evacuación de agua (40 L es una medida muy versátil)
- Bidón estanco (6,4 L es el tamaño habitual), para proteger el contenido dentro de la mochila
- Gafas de buceo, útiles en pozas profundas o sifones
- Botiquín básico
- Teléfono móvil en bolsa estanca. Aunque no siempre haya cobertura, puede ser crucial para contactar con el equipo de emergencias local
Graduación dificultad en barrancos
Resultado de la Mesa de Trabajo sobre Acotaciones que tuvo lugar el 23 de Agosto de 2.008, durante el Rendez-vous International Canyon, que fue organizado junto al Encuentro Internacional de Espeleología de la UIS, Lans-en-Vercors, Isere (Francia).
Acotación o graduación técnica de un barranco
La graduación técnica de un barranco se basa en una serie de criterios estandarizados que nos ayudan a valorar la dificultad de un descenso de forma objetiva.
Esta acotación se considera válida únicamente bajo ciertas condiciones:
- Caudal medio o normal, en el periodo habitual de práctica (con nivel de agua bajo, aunque no necesariamente en pleno estiaje).
- Grupo de referencia: cinco personas, en su primer descenso del cañón (descubrimiento), y con un nivel de práctica adecuado a la dificultad técnica del barranco.
- Una búsqueda o experiencia personal no modifica la acotación establecida del descenso. Es decir, aunque una persona lo encuentre más o menos difícil por sus propias habilidades, la graduación oficial no se altera.
Sistema de clasificación dificultad en barrancos
Los barrancos se clasifican en tres ejes de dificultad:
Carácter vertical (V)
Se indica con la letra V seguida de un número del 1 al 7. Esta escala está abierta hacia arriba, pudiendo aparecer grados superiores si la evolución del deporte lo requiere.
Carácter acuático (A)
Se representa con la letra A seguida de un número del 1 al 7. También es una escala abierta.
Compromiso y envergadura (número romano)
Se expresa mediante cifras romanas del I al VI, indicando el nivel de compromiso general del descenso, la duración, aislamiento, dificultad de escape, etc. Esta escala también puede crecer si es necesario.
Un barranco puede clasificarse, por ejemplo, como:
- v2 a3 III
- v5 a6 V
Para simplificar, esta notación también puede aparecer en forma abreviada:
- 2.3.III
- 5.6.V
Consideraciones importantes
Un solo criterio dentro de una columna (por ejemplo, un único paso complicado en lo vertical o acuático) es suficiente para asignar esa dificultad general a todo el descenso.
Los saltos son considerados opcionales de forma general.
El uso de técnicas especiales, como un rápel guiado para evitar un obstáculo complejo, puede reducir la dificultad efectiva del descenso, pero no modifica la acotación oficial.
TABLA DE COMPROMISO/ENVERGADURA Estas referencias deben ser consideradas o examinadas según el perfil del grupo. | |
COMPROMISO/ENVERGADURA | CRITERIOS |
I |
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I I |
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I I I |
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I V |
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V |
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V I |
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Ejemplos de algunos barrancos de la zona de Bielsa o en los que trabajamos:
- Barranco de Trásito inferior: V3 a2 II
- Barranco de La Foz de la canal: V5 a3 III
- Barranco de Tringoniero: V3 a3 II
- Barranco Garganta de Barrosa: V2 a3 II
- Barranco Garganta de Viandico: V2 a3 I
Realizar barranquismo con Guías del Pirineo
Nuestra forma de guiar los barrancos busca calidad y seguridad. Ofreciendo más que un descenso, mostrando el entorno de una forma educativa y enseñando las curiosidades que ofrece la naturaleza. Compartimos con los participantes características geológicas, ecológicas y técnicas, fomentando el respeto y conocimiento del medio.
Trabajamos con grupos reducidos para garantizar una experiencia más personalizada:
- Hasta 8 participantes más el guía en barrancos sencillos con cuerda.
- En algunos descensos técnicos o de mayor compromiso, reducimos el grupo a un máximo de 4 personas, lo que nos permite mantener la atención en cada participante y maximizar tanto el aprendizaje como la seguridad.
Cursos de barranquismo
Además, si quieres profundizar en el mundo del barranquismo, ofrecemos tecnificaciones y cursos específicos donde podrás aprender y practicar todo lo que mencionamos en este blog:
- Técnicas de progresión en barrancos
- Interpretación de caudales y condiciones meteorológicas
- Autorescate, gestión del riesgo, dificultad en barrancos
- Material, equipamiento y montaje de cabeceras
- Uso correcto de cuerdas, mosquetones, descensores y bloqueadores
- Lectura de topografías y orientación en el medio natural
Estas formaciones están diseñadas para todos los niveles, desde iniciación hasta perfeccionamiento, y son impartidas por nuestros guías titulados. Porque creemos que la formación es la mejor herramienta para disfrutar del barranquismo con autonomía, seguridad y respeto por la naturaleza.