Los cantos de los pájaros se silencian, las flores desaparecen, los días se acortan. Las temperaturas bajan, el abrigo se hace necesario cada noche, las primeras nieves caen en los gigantes pirenaicos, las lluvias regresan y las hojas caen poco a poco, todo parece que se apaga…pero no es así, algo está a punto de explotar, la montaña va a llenarse de color.
Durante el otoño el color gana todo el protagonismo, durante los meses de octubre y noviembre los árboles de hoja caduca van perdiendo su follaje poco a poco, dejando los bosques de una paleta mágica de colores marrones, amarillos, rojos y por supuesto verdes.
Este proceso sucede gracias a la desaparición de la clorofila, esta sustancia aporta el tono verde a las hojas de los árboles. Cuando llega el frío y disminuyen las horas de luz, los árboles dejan de producir la clorofila, desapareciendo el tono verde de sus hojas y finalmente perd
Ordesa y su espectaculares bosques mixtos de hayas, abetos y especies de ribera destacan como rey del otoño pirenaico, se comentó en una entrada especializada de este blog, hoy ofreceremos otros recorridos muy hermosos en otros rincones pirenaicos.
El Bosque del Betato (Valle de Tena):
La opción más familiar, en pleno corazón del Valle de Tena, al lado de Piedrafita, encontramos este magnífico hayedo, repleto de leyendas, a través del cual se puede acceder cómodamente hasta el espectacular ibón de Piedrafita bajo una de las grandes murallas del Pirineo, la Peña Telera. Un recorrido dónde descubrir la naturaleza entre bosques y panorámicas muy hermosas.
El bosque de la Pardina del Señor (Sobrarbe):
Considerado como uno de los bosques mejor conservados de Europa, este rincón bajo el hermoso pueblo de Fanlo, a orillas del río Chate nos muestra una naturaleza tremendamente salvaje. Su recorrido a través del GR15 entre Buesa y Fanlo nos permite adentrarnos en este bosque, sin presencia humana a excepción de las ruinas de la Pardina del Señor, magnífico caserío de la última familia que habitó estos bosques subsistiendo a través de la industria maderera del siglo pasado.
Desde La Sarra al ibón de Respomuso (17km 1000m+)
(Valle de Tena):
Este recorrido, uno de los más hermosos para el otoño en el valle del Gállego, sigue el curso del río Aguas Limpias, a través del GR11 (sendero transpirenaico que une el mar Cantábrico y el Mediterráneo) partimos desde el embalse de La Sarra (Sallent de Gállego) ascendiendo poco a poco, enseguida bosques de abetos se intercalan con grandes hayedos, que nada tienen que envidiar a los del vecino Ordesa. Las panorámicas sobre la vertical Peña Foratata y los Arrieles son espectaculares, así como la llegada al ibón de Respomuso y las montañas piramidales que lo rodean.
Desde Pineta a los Llanos de Lalarri (5km 250m+)
(Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido):
Al ladito del pueblo de Bielsa, surge uno de los circos glaciares más alpinos de los Pirineos, hablamos de Pineta y la gran cara norte del Monte Perdido, reducto de instantes donde glaciares gigantes moldeaban estas montañas.
Durante el otoño el bosque mixto del valle de Bielsa muestra su faceta más hermosa, la ladera norte se mantiene con tonos verdosos, prueba de la cantidad de coníferas (pinos rojos, negros y abetos) de hoja perenne que habitan este lado de la montaña; mientras que el fonso de valle y el lado sur, habitado por hayas, álamos, robles, arces de hoja caduca, va cambiando de color progresivamente, creando una estampa de cuento.
El río Cinca y el barranco de Lalarri, gracias a las lluvias otoñales rugen, mostrando un aspecto salvaje, la ascensión por el sendero de las cascadas de Lalarri es recomendable para observar la naturaleza en todo su esplendor. Poco a poco al acceder a los Llanos el bosque termina, ofreciendo hermosas panorámicas del valle, las primeras nieves y el glaciar de la cara norte del Monte Perdido.
Desde Puen Pecadors al refugio de Viados (10km 500m+) (Valle de Gistaín):
La Bal de Chistau refleja uno de los rincones más recónditos de los Pirineos, fiel a sus tradiciones y repleto de las montañas más salvajes.
El rugir del río Cinqueta y toda la vegetación que puebla sus orillas crea un ambiente de cuento en el sendero integral del río Zinqueta, propuesta otoñal de Guias del Pirineo para contemplar la magia del otoño en la cara oeste del Parque Natural Posets Maladeta.
Este recorrido remonta la orilla del río atravesando diversos puentes, algunos tan antiguos como el escalofriante Puente de los Pecadores. Poco a poco se asciende pudiendo alargar la ruta todo lo que desee el grupo, pues tras cruzar los puentes se pasa por la pista forestal, desde donde se puede regresar cómodamente o previamente se podría haber dejado algún vehículo para regresar en coche.