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Nepal

Resulta complicado resumir en un texto las características de un país como Nepal...

Nepal es una experiencia, un cúmulo de sensaciones muchas veces difíciles de transmitir a alguien que nunca ha viajado hasta allí, y mucho más si el que se encuentra al otro lado de estas letras no es un gran contador de historias. Además, todo lo que leeréis en este artículo es el resultado de una experiencia personal, pero… ¡vamos a intentar resumirlo!

UBICACIÓN

Donde no hay cabida al error es en sus datos, Nepal es un país ubicado en Asia del Sur. Está entre dos potencias mundiales: China al norte e India al sur. No tiene costa y gran parte de su territorio consta de terreno de montaña recogiendo gran parte de las montañas más altas del planeta. La frontera geológica con China es el Himalaya, donde se encuentran 8 de las 14 montañas de más de ochomil metros del planeta; y al sur el Terai, fértiles sabanas tropicales que recogen gran cantidad de acuíferos provenientes del norte, fruto del deshielo del “tercer polo”. Denominar “acuífero” a estos grandes ríos sagrados resulta pretencioso e incluso de falta de respeto ya que al cobijo de estas grandes y sagradas cuencas como son las del Indo o Ganges se han desarrollado importantes civilizaciones y han servido para alimentar leyendas y mitos a lo largo de los siglos.

Nepal es un país en forma de rectángulo con 600 km de largo y 200 km de ancho. El Himalaya ocupa toda la parte norte del país extendiéndose hasta el norte de India con algo más de 2.000 km de altas montañas. Valles de origen glaciar serpentean de norte a sur generando grandes depresiones donde pequeñas poblaciones de pastores han ido encontrando su lugar en el mundo, habitando entre el estrecho equilibrio de la globalización y la vida tradicional.

Su bandera es la única del mundo que no tiene forma rectangular. Los dos triángulos representan las montañas del himalaya y también a las dos poblaciones mayoritarias de Nepal, el hinduista y el budista. El sol en uno de los triángulos representa a la dinastía Rana que gobernó hasta hace poco el país, y el sol y la luna la Casa Real.

LA CAPITAL 

Su capital Katmandú se ubica en el valle del mismo nombre, a 1.300 metros sobre el nivel del mar
y viven en ella poco más de un millón de personas . Es curioso el ambiente que se respira en esta
gran ciudad, más propio de un pueblo grande, quizás debido a que la mayoría de sus habitantes
provienen de pequeños pueblos de montaña que buscan en la capital mayores oportunidades
de desarrollo laboral

Los niños corretean por las calles, los vendedores ambulantes llaman a las puertas de las casas para vender pan, bollos, dulces o cerillas mientras anuncian a viva voz su presencia por el barrio. Los comercios abundan en el centro, calles enteras se dedican a la venta de algún producto concreto: especias en una zona, cuchillos en otra, electrodomésticos, comida, material de montaña en el barrio turístico de Thamel… A simple vista esta ciudad puede parecer un caos, pero con el tiempo he podido apreciar que existe un cierto orden y hasta parece tener un sentido.

Con el objetivo de “europeizarse” prohibieron hace unos años la conducción de vehículos a golpe de claxon, prohibición que generó numerosos accidentes ya que así los conductores no sabían por donde venían los otros vehículos. Durante mis estancias en Kathmandú suelo desplazarme en moto por la ciudad y durante aquel periodo fui testigo de innumerables colisiones, algo que antes era poco habitual.

Thamel es el barrio turístico de Kathmandú y es donde se encuentran todas las tiendas de material de montaña. También hay restaurantes y tiendas de alimentación con productos occidentales para saciar las costumbres del turista que visita el país. Nepal es conocido por sus
falsificaciones en ropa de montaña; la ropa con el sello de North Face, Arcterix, Millet, Salewa
abunda en estos comercios. Sólo hay una tienda oficial de North Face en la capital e incluso ahí
yo no estaría seguro de lo que compro… Hay una frase que los nepalís dicen mucho: “Made in
China, boli chaaina”= “Hecho en China, mañana nada”. La marca de North Face, probablemente
la más falsificada, es conocida popularmente como “North Fake”.

El valle de Katmandú reunía en la antigüedad varios reinos independientes que con el tiempo se
fueron unificando por la expansión de cada uno de estos reinos hasta que se formó lo que es
actualmente la capital del país. Estos antiguos reinos son ahora barrios de obligada visita.
Bakhtapur y Patán conservan muchos templos (s.XVII) budistas e hinduistas de distintas dinastías
que habitaron este territorio al ser cruce de caminos en las rutas comerciales entre China e India.
Varias civilizaciones cruzaron estos pasos de montaña en busca de establecer nuevas rutas
comerciales entre el norte y el sur de Asia. Probablemente de ahí provenga el espíritu negociador
y comerciante de los habitantes de Nepal. Hay varios monumentos de peregrinación budista
llamados estupas interesantes para visitar: Boudhanath es la estupa más grande de Nepal que
se encuentra a unos 6 km del centro de Katmandú. Swayambhu o Templo de los Monos es otra
estupa situada en una colina cerca del centro y está rodeada de numerosos templos hinduistas.
Pashupatinath es un importantelugar de peregrinaje hindú a la orilla del río Bagmati donde los
difuntos son incinerados y arrojados a este río sagrado; todos estos lugares deben ser conocidos
y disfrutados por todo aquel que pase unos días por la capital.

SU GENTE

Es difícil generalizar ya que nos encontramos en escenarios muy diferentes y definir a la población nepalí resulta imposible ya que entre las áreas rurales y la vida en la capital existe un abismo en cuanto a costumbres, carácter y forma de vida.

Creo que la palabra más apropiada para definir a la población de Nepal es de “multicultural”. Aunque la lengua oficial sea el nepalí en Nepal se hablan más de 100 lenguas distintas. En zonas de montaña la orografía forma profundos y extensos valles donde sus habitantes han vivido durante siglos sin contacto con otras poblaciones ya que los pasos de montaña de más de cinco mil metros impedían antiguamente que sus pobladores se dispersaran demasiado. Ese aislamiento ha generado culturas y lenguas muy específicas en lugares muy concretos. Incluso el aspecto físico de un valle y del otro contiguo es muy diferente por la falta de mezcla entre distintos pueblos.

Más de un 80% de la población es hindú, un 10% budista y el otro 10% restante son musulmanes y cristianos. Aunque la mayoría de personas que he conocido (mayormente en las montañas al norte, cerca de la frontera de Tíbet) practican un “mix” entre hinduismo y budismo, según influencias o conveniencias. En algunas zonas de las montañas, donde todo escasea, los cristianos intentaron convertir al cristianismo a muchos de sus pobladores y muchos se convirtieron ya que, como muchos me decían, “es más fácil atender sólo a un único Dios”. En la cultura budista son muy típicas las ofrendas a sus numerosos dioses; animales son sacrificados como ofrendas, comidas varias, bebida… y en lugares donde los recursos son escasos supone un gran esfuerzo para sus habitantes tener contentos a sus deidades.

El núcleo familiar es fuerte, sobre todo en las áreas rurales. Los hijos varones son el relevo en el trabajo del campo y las hijas terminan casadas y abandonan a su familia y su pueblo para irse a vivir a casa de su marido y atender a su familia.

A pesar de la existencia de las castas, ese sistema no impide que alguien de castas “inferiores” desempeñen tareas destinadas antiguamente a castas de mayor rango. En el año 63 se declaró ilegal la intocabilidad (la casta más baja) en Nepal y el sistema de castas ha perdido gran parte de su importancia sobre todo en núcleos urbanos. En áreas rurales aún tienen algo más de importancia, pero mi sensación es que con el paso del tiempo en general, va perdiendo fuerza este sistema.

El nepalí es de carácter práctico, probablemente la escasez, la inestabilidad política y el vaivén de los acontecimientos hacen que vivan al día y la proyección a largo plazo sea algo difícil de concebir. La comida típica es el DalBath, arroz, lentejas y verduras que comen dos veces al día desde que cumplen los seis meses hasta el fin de sus días.

A pesar de las dificultades que van encontrando en el camino el pueblo nepalí, sobre todo los más jóvenes, son personas creativas, inteligentes, emprendedores y con buenas ideas. Muchos de estos jóvenes abandonan las áreas rurales para probar suerte en la gran ciudad. Muchos se marchan para estudiar si encuentran un sponsor occidental que costee sus estudios o si la familia hace un gran esfuerzo, y otros tantos simplemente para buscarse la vida en algún trabajo que les permita vivir dignamente. En la gran ciudad el turismo más agresivo ha elevado los precios de la vivienda y muchos malviven en habitaciones compartidas con salarios escasos y precariedad laboral. Todos los problemas que podamos tener nosotros en occidente allí se multiplican por 100.

La globalización ha hecho que una misma generación haya pasado de estar labrando el campo con bueyes y descalzos a llevar un teléfono móvil de último modelo en el bolsillo con conexión wifi las 24h del día… a un precio.

DESARROLLO

Recuerdo que, en el 2015, fuimos para allá después de que un gran terremoto asolara gran parte del país. Gracias a la ONG de Hugging Nepal llegamos a un pueblo llamado Gahare, al norte de Kathmandú cerca de las montañas. Era una pequeña población sin luz ni agua corriente donde vivían apenas una treintena de personas de todas las edades. La idea era levantar un colegio que había quedado totalmente arrasado. Inmensa currada la que nos pegamos a base de pico y pala para retirar los escombros y construir una nueva plataforma en medio de una ladera donde se ubicaría el nuevo colegio. Las noches en Gahare eran mágicas, al caer el sol, después de todo el día de trabajo terminábamos exhaustos, nos reuníamos con todos los vecinos para preparar el fuego y comernos el dalbath. Todos, ancianos y niños, compartíamos el mismo espacio alrededor del fuego y sin hablar la misma lengua hacíamos intentos para poder entendernos y compartir historias, ideas y vida; lo más sorprendente de todo es que terminábamos consiguiéndolo.

Ese proyecto duró años. Cada temporada iba para allá para seguir con el trabajo. Retiramos los escombros, hicimos la plataforma, construimos el colegio, se puso en marcha y terminé dando clase allí con un proyecto que llamamos “taller de oficios”, una especie de FP para que jóvenes y no tan jóvenes tuvieran una salida profesional. Después del terremoto muchos empezaron a construirse su casa con ayuda de sus vecinos y era habitual que muchas casas salieran ardiendo por una mala planificación en la instalación eléctrica. Antes de ser guía de montaña fui electricista desde que empecé a trabajar con 16 años y aprovechando el oficio llevé a cabo el proyecto con Hugging Nepal viendo la demanda que existía.

A lo largo de los años las cosas iban cambiando, la vida va evolucionando, incluso en el lugar más recóndito del planeta, y allí no fue diferente. La electricidad llegó al pueblo con el correspondiente contador para pagar lo que se consumía. Sólo con eso todo cambió. Hacía falta dinero para pagar la factura de la luz, de repente existía la necesidad de adquirir un cacharro que se conectaba a la red eléctrica y cocinar el arroz, llegó el wifi, los teléfonos móviles… y de repente el fuego quedó vacío. Las noches ya no eran como antes. Todos andaban fuera en la gran ciudad vendiendo el arroz recolectado, la red de carreteras fue mejorando, algunos se compraron una moto y los jóvenes marcharon a la ciudad. Todo esto pasó en un periodo de cinco años, quizás no dio casi tiempo a pensar en ello… A pesar de la nostalgia fue el precio del progreso, que por otra parte todos merecemos. Sólo deberíamos ser conscientes de que tiene un precio, y es bueno saber cuál es para intentar mantenerte en esa fina línea… pero claro, para mí es muy fácil decirlo. Escribiendo estas líneas ni siquiera creo que tenga derecho a opinar al respecto.

La capital, ubicada en el centro del país, también ha cambiado. Sobre todo, el barrio turístico de Thamel. La infraestructura ha cambiado para ofrecer comodidad al viajero que busca el confort de su lugar de origen. Tazas de wáter, pizza, hamburguesas, hoteles de 10 pisos, tiendas de varias plantas, calles peatonales, garitos con música en directo… todo a un precio imposible para el habitante local.

COSAS QUE HACER

Nepal es sin lugar a dudas el mejor destino turístico si te gustan las montañas. Y el país lo sabe. Todo está enfocado al mundo de la montaña. El Himalaya nepalí recoge 8 de las 14 montañas con más de ocho mil metros que hay en el planeta. El Everest, con sus 8.848,88 metros recibe gran parte de ese turismo. Pero hay vida más allá de los “ochomiles”, hay infinidad de montañas de seis mil y siete mil metros para los que no son amantes de los números y las matemáticas, todas ellas en valles menos conocidos donde la vida tradicional parece sobrevivir.

Independientemente del número que se asocie a una montaña el Himalaya es grandioso. Esta fabulosa cordillera que se formó hace la tira a causa de la colisión de la placa índica contra la euroasiática ha dado forma a las montañas más bellas del planeta. ¿Y porqué esta colisión ha dado forma a las montañas más altas de la tierra?, porque esa placa índica iba a toda leche y la colisión fue importante.

Estas montañas sin sus pobladores no son nada. Ellos son los que han creado las leyendas alrededor de ellas. Muchas de esas montañas son sagradas y en algunas de ellas está prohibido y es ilegal alcanzar su cumbre por respeto a los dioses. Como ejemplo el Macchapucchre, montaña que se considera intacta y donde nadie ha coronado su cima, al menos de manera legal…

El trekking es la actividad estrella. Nepal se caracteriza por tener muchos pueblos a lo largo de las rutas habituales de senderismo, lo cual garantiza un lugar para comer y dormir a lo largo de nuestra ruta. Muchos trekkings son conocidos, como el del Annapurna Circuit, el Annapurna Base Camp (ABC) en la zona de Pokhara, el del Campamento Base del Everest (EBC) en el valle del Khumbu, el Trekking de Langtang en el valle del mismo nombre, el trekking alrededor del Manaslu, Mardi Himal, Panchase Trekk… Cada uno de estos trekkings de un nivel y dificultad concreto y habrá que definir muy bien lo que queremos hacer para elegir el destino que más se adapte a nuestro nivel, duración y expectativas. En Kathmandú podemos adquirir cualquier cosa relacionada con el senderismo si no queremos cargar con algo pesado desde nuestro lugar de origen. Es recomendable viajar con nuestro material técnico como ropa y calzado, pero gas, hornillo, esterilla o comida se puede adquirir en la capital en caso de no querer cargar con ello desde casa y en caso de que sea necesario. Para estos trekkings hay que sacar unos permisos para el acceso a los parques nacionales y pagar por ello. En algunas zonas se ha impuesto la norma de tener que ir obligatoriamente con un guía oficial nepalí. Para estas cuestiones burocráticas lo mejor es dejarlo en manos de alguna agencia de confianza que se encargue de esas cuestiones o perder días en Kathmandú intentando entender cómo funciona un sistema que va a su ritmo (no lo aconsejo).

El Himalaya es muy grande y aún queda mucho por explorar, y para eso se necesita tiempo y salir de las zonas conocidas. Hace unos años investigamos en invierno varios rincones escondidos en el valle de Langtang y nos encontramos con varias cascadas para practicar la escalada en hielo de varios de cientos de metros haciendo las delicias de cualquier amante de la aventura. El potencial allí es inmenso.

Otra actividad de exploración es el barranquismo, actividad que no se ha desarrollado como otras allí y que seguro que aún depara grandes descubrimientos a quién se atreva navegar por aquellas gargantas labradas a lo largo de los años.

El alpinismo está sufriendo una transformación, la carrera por los ochomiles es historia y ahora el alpinismo parece retomar su esencia más romántica realizando ascensiones originales y difíciles a montañas desconocidas en lugares donde nunca antes de habían realizado escaladas, importando poco los números y el número de ascensos. Decir tiene que para realizar cualquier ascensión a montañas de más de seis mil metros será necesario obtener el permiso correspondiente y pagar por él.

Para mí la bicicleta de montaña es una actividad que tiene mucho potencial. Hace unos años crucé desde la capital Kathmandú hasta Pokhara en una bicicleta que adquirí allí y he decir que aquello fue una aventura fantástica, ya que los pueblos por donde pasábamos no estaban muy acostumbrados al trasiego de turistas y pudimos disfrutar del Nepal más auténtico. Tampoco estaban acostumbrados a ver personas encima de cacharros de metal de dos ruedas y he de decir que fue un milagro llegar vivos a nuestro destino. Ha día de hoy los caminos y senderos han sido mejorados creando una red de senderos y pistas de calidad para la práctica de la BTT.

En Pokhara se encuentra el epicentro del vuelo de parapente del país, y es habitual ver sobrevolar entre el Annapurna y Dhaulaguiri a parapentistas procedentes de todas partes del planeta. Pokhara es la segunda ciudad más grande de Nepal y se encuentra en la orilla del lago Phewa, donde el clima tropical es el protagonista y donde el monzón se resiste a desaparecer.

Hace unos años, en el 2017 llevamos a cabo un proyecto interesante en el valle de Langtang. Debido a la amistad forjada a lo largo de los años en una población alejada del camino principal del trekking de este valle y debido al arreglo de una pista y a la construcción de una presa vimos la necesidad junto a los habitantes del lugar de llevar a cabo algo que resultara atractivo a los senderistas para que usaran Thulo Syabru como parada en el trekking. Conocíamos la zona ya que unos años antes habíamos estado allí construyendo unas casas temporales para que los habitantes de aquella zona tuvieran un techo después del terremoto del 2015 de cara al invierno de aquel mismo año. Descubrimos unos grandes bloques de granito entre el bosque y nos preguntábamos si de allí podrían salir algunas vías para la escalada deportiva. Aquel 2017 volamos desde España con 90 kilos de material para equipar, junto con cuerdas, arneses, pies de gato de varias tallas, sacos de magnesio, cascos… material nuestro y mucho que varios amigos donaron para este proyecto. La idea era equipar algunas vías de escalada y repartir varios equipos de material entre distintas viviendas para que los habitantes de Thulo Syabru lo pudieran alquilar a quien quisiera pasar un día de escalada deportiva en un entorno salvaje. Salieron unas diez vías de unos 10m de varios niveles, desde el 6a hasta el 7c repartidas en dos sectores. El pueblo se volcó con la idea y arreglaron los accesos, limpiaron senderos, e incluso alguno se animó a escalar y ver en que consistía aquello. Después de aquello varios pueblos más decidieron dinamizar su zona buscando paredes y bloques para la práctica de la escalada. A día de hoy en el valle de Langtang hay varios sectores para la práctica de la escalada en bloque e incluso hace poco se equipó la primera vía ferrata en la población de Langtang.

Si nuestra pasión es la vida salvaje en Nepal encontraremos varios destinos interesantes. En el norte, en las montañas, podremos ver a una especie en peligro de extinción como es el panda rojo, encontraremos quebrantahuesos, gamos, perdiz nival y al rey de las montañas, el leopardo de las nieves. Para ello tendremos que realizar marchas de varios días, ser pacientes y llevar un buen equipo para inmortalizar el momento. Al sur del país en el Terai, frontera con India nos encontramos con una gran sabana donde hay elefantes, cocodrilos, tigre de bengala, hipopótamos, rinocerontes… un rincón salvaje donde parece mas propio del continente africano que de Asia del sur.

Resulta muy interesante combinar cualquier actividad de las antes citadas con turismo cultural en la ciudad. Los estudios arqueológicos dictaminan que los pobladores más antiguos del país se estuvieron en Katmandú y aldeas colindantes. Se han encontrado construcciones datadas en el 167 a. C y en el sur del valle herramientas del neolítico. Templos del siglo XVII abundan en la capital y la arquitectura de antiguas dinastías aún perduran a pesar de los movimientos sísmicos. Es difícil dictaminar la historia antigua de Nepal ya que no se encuentran escritos y a lo largo de los siglos se han ido perdiendo grandes evidencias lo que hace que se base la historia antigua del país en la mitología.

CLIMA

La mejor época para visitar Nepal es otoño o primavera. En invierno hace un frío que pela mientras que durante el verano el monzón arrasa con caminos y senderos y dificulta cualquier tipo de actividad al aire libre. Cada vez más los inviernos son menos duros en zonas donde antes el frío hacía imposible cualquier actividad, y ya son varios en los que he podido disfrutar de actividades como alpinismo, esquí de montaña y escalada en hielo cuando antes parecía imposible.

La temperatura en las estaciones del año es muy parecida a la de España, ya que se encuentra en una latitud muy parecida a la nuestra. Todo dependerá de la altura en la que nos encontremos encontrando más frío cuanto más alto nos encontremos.

A TENER EN CUENTA

Te guste la montaña o no Nepal es un país que no te dejará indiferente, aunque si te gustan las actividades al aire libre sin duda será un destino que probablemente se repita en tu lista de viajes.

  • Es conveniente llevar dinero en efectivo, en áreas rurales el pago con tarjeta es pura fantasía, incluso en la capital. En Katmandú se puede cambiar dinero a cambio oficial en cualquier banco, huyendo de las oficinas de cambio donde cobran algo más.

 

  • Es importante tener un buen seguro médico ya que la sanidad pública allí no existe además de que un rescate en helicóptero durante un trekking puede ser nuestra ruina en caso de no disponer de seguro.

 

  • Si se factura equipaje contar con kilos extra a la vuelta para poder adquirir material, regalos o recuerdos.

 

  • Los precios de los vuelos después de la pandemia se han incrementado considerablemente. Con cuanto más tiempo se adquieran los billetes más posibilidades de obtener un buen precio. No son recomendables vuelos con muchas escalas si se factura equipaje ya que puede que algo se quede en el camino y nos veamos allí sin algo que pueda ser imprescindible para nosotros. Yo normalmente vuelo con Qatar Airways y lo normal es una escala en Doha.

 

  • Con el regateo se trata de establecer un precio digno para ambas partes, cualquier otro criterio podría generar un abuso para cualquiera de las dos partes. Siempre hay que regatear, pero con criterio y siendo justos.

 

  • Los horarios de los transportes siempre pueden sufrir cambios por cualquier cosa; una fiesta nacional inesperada, una piedra en el camino, una avería o un conductor que no aparece. Lo mejor es mantener la calma, respirar hondo y dejarse llevar, allí el sistema funciona a otro ritmo y forma parte del viaje. Al final todo se soluciona, aunque nos parezca imposible.

 

  • Las propinas son algo establecido en muchos servicios. Preguntad a vuestro guía para que sean adecuadas y justas.



Puedes no visitar nunca este país, el mundo es muy grande y hay muchos sitios que valen la pena visitar, aunque desde mi opinión personal, si buscas un viaje de contrastes, alucinar en un entorno salvaje, y aprender de una cultura diferente es un lugar que no te dejará indiferente.

Autor de la entrada: Alfonso, guía de media montaña y escalada en la Cooperativa de Guías del Pirineo.

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